Asociación Vecinal
La Fraternidad de Los Cármenes

Eones atrás, los grandes sabios del “Gobernamiento” inauguraron un mirador en homenaje a las víctimas de los “Drogones” (también llamados “Narcos”); una estructura rectangular, cuya misteriosa función se ocultó al pueblo, hasta que este, curioso, se acercó, y al asomarse ocurrió algo inaudito: una vecina fue absorbida.

Así, se resolvió parte del misterio del mirador. En realidad se trataba de un pasadizo, un agujero de gusano que permitía alcanzar una ciudad de luz, palacios y catedrales, de gozosa felicidad y libertad plena (donde es imposible cruzarte con tu ex). Para alcanzar aquellas maravillas, bastaba con abrir los brazos en cruz y saltar sin miedo, rodar por la colina hasta vadear el río plateado y ascender hacia las cúpulas doradas. 

No era más que un espejismo mágico. No era más que otra ciudad con sus propios problemas. Pero algo más terrible ocurrió, algo que no estaba en los planes, ¿o sí lo estaba?. La banda “Los Buitres” se apoderó de la ciudad, y construyó un muro invisible, que ahora solo se puede atravesar, a cambio de un enorme cofre de oro.

Los “Buitres” invirtieron el pasadizo. y ahora quién escapa de la banda, aterriza en el epicentro de la zona controlada por los “Drogones”, otra banda igualmente perversa.

El infortunado viajero, abrumado por la falta de libertad plena, lo primero que ve son calles sucias y abandonadas, edificios invivibles, carcomidos por la dejadez y múltiples problemas sociales. Pero lo peor de todo, sigue siendo caer en las garras de los “Drogones”, que ofrecen pociones mágicas venenosas, que te enganchan y no te sueltan, hasta que no eres más que pasto para chulls y osos lechuza.

En la zona controlada por los “Drogones” no todo está roto. Sigue habitado por gente que quiere su barrio tal y como era antes de que el “Gobernamiento” lo abandonara.

Son barrios que, tal y como relatan las viejas historias, fueron bravos y luchadores. Al menos lo eran, cuando los míticos “Dragones” nidificaban por allí. Viven gentes que llegan de muchos sitios diferentes, con alguna moneda de cobre y ninguna de oro, pero solidarios, dispuestos a arrimar el hombro para construir una vida mejor.

La situación ahora no es tan mala como hace unas décadas, cuando los “Drogones” exterminaron a toda una generación: hermanas y hermanos, hijas e hijos. Pero hoy en día, los “Drogones” continúan ofreciendo sus nefastas pociones mágicas, veneno puro, prometiendo una felicidad que nunca llega. Otro espejismo. Se mezclan con los vecinos, los vigilan, los perturban, los amenazan y los matan o esclavizan. 

Aprisionados entre “Buitres” y “Drogones”, el vecindario ora para que regresen los “Dragones”, y con ellos se restituya el coraje perdido, sin darse cuenta de que el coraje nunca se perdió. Sigue con ellos, en sus corazones. 

Mientras, el “Gobernamiento” ofrece banderas con pollos estampados y la construcción de nuevos pasadizos que llevan a ninguna parte. Espejismos.

¡QUE EL ABISMO OSCURO SE TRAGUE A BUITRES Y DROGONES!

¡NO QUEREMOS POLLOS!                     ¡QUEREMOS DRAGONES!